Áreas de atención:

• Asistencia floral para adultos: crisis existenciales, separaciones, duelos, ánimo bajo, cambios vitales, y un largo etcétera de situaciones en las que sintamos que un tratamiento floral y un acompañamiento terapéutico nos ayude en ese tránsito del camino.
• Asistencia floral a niños y padres: miedos infantiles, trastornos del sueño, difícil concentración y aprendizaje, celos, timidez y otros. En momentos de cambios físicos y emocionales.
• Espacio de supervisión para el Terapeuta Floral.

Enfoque de trabajo:

Utilizo las esencias florales de Bach (1ª generación) como la base del tratamiento floral, ya que entiendo que este sistema es el más apropiado para el equilibrio y aprendizaje de los aspectos psico-emocionales básicos de la persona, que en ocasiones combino con una selección de entre los innumerables recursos que ofrecen los sistemas florales de 2ª generación (posteriores a Bach), cuando los asuntos propios que trabajan así lo indican. Particularmente utilizo el Sistema FES de California, acompañado de otros como los sistemas Saint Germain, La Canción de Eva (sanación de arquetipos femeninos), PHI-Korte (cactus y rosas) y Bush-Australia.

En procesos personales más largos, me sirvo de esencias de otros sistemas florales que trabajan el ámbito de “lo transpersonal”: esencias de gemas y minerales, que actúan desarrollando y enraizando asuntos más espiritualizados, de un lado; y de otro las Orquídeas del Amazonas, del Machupichu y cubanas, entre otros sistemas de los denominados de 3ª generación, como las esencias del México antiguo. Estos últimos los utilizo de manera muy puntual en adultos, por la profundidad y sutileza de los asuntos a que se orientan.

Entiendo la formación y práctica de la Terapia Floral en diferentes niveles formativos con diversos ámbitos de aplicación. Personalmente me interesa la práctica de la consulta floral “centrada en el proceso”. El principal enfoque de trabajo del cual me nutro para la dinámica de la consulta es el enfoque gestáltico.

En el caso concreto de la consulta de padres para sus hijos, me interesa subrayar que el enfoque aquí es sistémico, lo que de manera simplificada y gráfica supone entender a la familia como un “organismo”, en el que a veces el niño, en su “porosidad” o sensibilidad, no está sino manifestado un síntoma del mismo (ej. el enfado o tristeza no expresada por uno de los progenitores o tensión latente entre los padres) como forma de mantener la homeostasis del sistema. Lo anterior se traduce -en la mayor parte de los casos aunque no necesariamente en todos- en un trabajo con el progenitor más disponible, que es el que suele traer al niño, tomando ambos (niño y adulto) esencias florales. En otras ocasiones las causas son más puntuales, individuales o externas (ej. dificultad de adaptación al colegio o celos por la llegada de un nuevo miembro a la familia) y con pocos preparados para el niño puede ser suficiente.