Un artículo de Nora Weeks «perdido», por E. Grecco
Un amigo inesperado, me hizo, hace tres años, un regalo maravilloso. Se trata de una conferencia que Nora Weeks, en 1958 pronunció en la Sociedad Britanica de Zahoríes.
Un zahorí, a veces llamado radiestesista o rabdomante, es alguien que afirma que puede detectar cambios del electromagnetismo a través del movimiento espontáneo de dispositivos simples sostenidos por sus manos, normalmente una varilla de madera o metal en forma de «Y» o «L», o de manera más frecuente un péndulo. Los zahoríes afirman ser capaces de detectar la existencia de flujos magnéticos, corrientes de agua, vetas de minerales, lagos subterráneos, etc. a cualquier profundidad y sustentan la eficacia de la técnica en razones psicológicas y los movimientos de los instrumentos por el efecto ideomotor del cuerpo. Mientras que para algunos defensores de la técnica, se trataría de una habilidad explicable por la ciencia, otros la tratan de «facultad parasicológica». Albert Einstein, por su parte, la consideraba una práctica fascinante y creía que el electromagnetismo nos revelaría de algún modo algunas de sus claves científicas
La relevancia de esta conferencia de Nora Weeks se hace palpable a medida que se la va leyendo y sus implicaciones no dejan de provocar interesantes líneas de pensamientos.
Quería en este fin de año 2014 compartirlas con todos mis amigos y discípulos florales como un regalo de navidad.
LOS REMEDIOS DEL DOCTOR EDWARD BACH
Cambien sus pensamientos, durante la próxima media hora, de sanar un cuerpo enfermo a sanar una persona enferma. El Dr. Edward Bach, después de varios años de investigación, adquirió el conocimiento de que nuestro bienestar físico depende de nuestra forma de pensar, nuestros sentimientos y emociones.
La buena salud es la armonía, el ritmo, cuando pensamos positivamente, constructivamente, con alegría. La mala salud cuando pensamos negativamente, de forma desgraciada, destructivamente.
Tal es el poder del pensamiento, el hombre tiene el poder sobre su cuerpo que es, después de todo, sólo el vehículo, el coche, que utiliza en su viaje por la vida en la tierra.
Dado que algunos de ustedes pueden no saber nada acerca de los remedios del Doctor Bach, me gustaría primero hablarles sobre el mismo Dr. Bach, y cómo desarrolló este método de tratamiento y creo los remedios florales.
Su familia vino, originariamente, de Gales, por lo tanto el nombre debía ser “Bach”, pero sus colegas médicos siempre lo llamaron “Batch” y lo hemos hecho así desde entonces.
E. Bach fue capacitado y calificado en la University College Hospital y obtuvo su Diploma de Salud Pública (D.P.H) en Cambridge a inicios de 1900. (Esta fecha es equivocada aunque en el original esta así)
Él era un inusual estudiante de medicina que pronto estuvo más interesado en el paciente mismo que en la enfermedad. Se sentaba junto a la cama de los pacientes y dejaba que le hablaran y escuchándolos encontraba las causas reales de su mala salud. Por ejemplo, una mujer con asma severa, era una mujer muy asustada. Ella le contó que su único hijo había tomado un trabajo en el norte de Inglaterra, desde hacía 3 meses y que ella no había tenido noticias de él en todo este tiempo. Estaba aterrada de que él hubiera tenido un accidente, estuviera gravemente herido, o incluso que hubiera muerto. Pero un día, su hijo fue a verla y le dijo que había encontrado un trabajo cerca de la casa. En pocos días ella dejó completamente de tener asma. Ya no necesitaba más contener la respiración por su hijo.
Luego, un hombre con sospecha de ulcera duodenal era una persona muy preocupada. Había perdido su trabajo, su mujer no podía trabajar y tenían dos niños pequeños. Más tarde, cuando supo que había sido re-contratado, recuperó su salud. Consiguió un trabajo y perdió su úlcera. La profesión médica, en estos días, ya afirma que la preocupación es a menudo la causa de las úlceras gástricas y duodenales, pero en ese entonces era una idea bastante nueva en esos inicios.
El Doctor Bach empezó a sentir que tratar los síntomas físicos no era suficiente. El cuerpo era un espejo que reflejaba los pensamientos de la mente. Era el que sufría, la persona, la que necesitaba tratamiento y ayuda para superar sus preocupaciones, miedos, depresiones y desesperanza. Bach sintió que un método completamente nuevo de tratamiento era necesario, uno de carácter práctico, porque las palabras no eran suficientes; era de poca utilidad decirle a un hombre preocupado: “no te preocupes, sé feliz”.
Pero primero que todo, el Doctor Bach quería demostrar y probar por sí mismo otros métodos diferentes a los de la medicina ortodoxa y se hizo bacteriólogo. Él era bien conocido por su trabajo de investigación en esta rama de la medicina, pero ello no le satisfacía. Seguía tratando cuerpos y no personas y no le gustaba nada inyectar el producto de la enfermedad, de nuevo, en el cuerpo humano. Sin embargo, estos años no fueron una pérdida de tiempo, porque él estaba estudiando sus pacientes, sus amigos, todo el mundo que encontraba y veía sus reacciones a todas las experiencias de la vida cotidiana, en el trabajo y en el juego, en buen estado de salud y en la enfermedad, y este conocimiento de la naturaleza humana sería para él muy útil más adelante.
Entonces él entró en contacto con la homeopatía, y estaba encantado al encontrar que Hahnemann, el fundador de la homeopatía, había dicho «El paciente es el factor más importante en su curación». También, que los remedios homeopáticos se prescriben para la personalidad del paciente, sus características, su idiosincrasia, así como, para los síntomas físicos.
EL D. Bach trabajó por algún tiempo en los laboratorios del Hospital Homeopático de Londres, y fue allí que se interesó en la relación entre la toxemia intestinal y la enfermedad crónica. Quiero decirles brevemente acerca de esto, porque el resultado de sus investigaciones le permitió dar un gran paso hacia su trabajo final.
Aisló 7 grupos de flora intestinal y preparó nosodes homeopáticos, dándoselos a sus pacientes por vía oral. Su propósito es limpiar y purificar el tracto intestinal. Yo digo “es”, para esos nosodes, los siete nosodes de Bach, los siete nosodes intestinales, que se usan todavía actualmente. Fueron los más exitosos.
Posteriormente el hizo el más importante y significante descubrimiento. Fue éste: todos los pacientes, que sufrían de las mismas dificultades emocionales, necesitaban el mismo nosode, independientemente del tipo de enfermedad física. Aquellos pacientes que fueron presa de arranques emocionales violentos, tormentas cerebrales, todos necesitaban el mismo nosode. Quienes eran nerviosos, aprensivos, de nuevo todos necesitaban otro, pero el mismo nosode, sin importar de qué queja física sufrieran.
A partir de ahí prescribió esos nosodes de acuerdo solamente a las dificultades temperamentales de sus pacientes. No era necesario un examen físico, los test de laboratorios eran innecesarios y el tratamiento podía empezar de inmediato sin demora. Los resultados fueron excelentes.
Esto confirmaba su opinión de que la enfermedad física no era de origen físico, sino que era, como él decía, “la consolidación de una actitud mental”. El Dr. Bach sentía ahora que podía dedicar su tiempo y su vida a la búsqueda de los remedios puros, los que podrían contribuir a que los que padecen, superen sus pensamientos infelices. Él sabía que los nuevos remedios debían estar allí, para ser encontrados en la naturaleza, entre los árboles y las plantas, puesto que todas nuestras necesidades están previstas en la naturaleza, por nuestro Creador.
Ya conocía el principio del nuevo método de tratamiento:
“Trate al paciente y no su enfermedad, cuando los pensamientos negativos se hayan superado, el cuerpo también responderá”
Así que en 1930 renunció a toda su obra en Londres sin mirar atrás y se fue a vivir al campo.
A lo largo de todos estos años de práctica médica él estuvo buscando pruebas científicas de todos sus hallazgos y usando su intelecto, pero en este momento ocurrió un cambió en sí mismo. Llegó a ser muy sensible tanto en la mente como en el cuerpo. Ustedes, como zahoríes, entenderán esto, porque ustedes tienen la misma sensibilidad. Si extendía su mano sobre una planta en floración, o colocaba la flor en la palma de su mano, él podía sentir en él mismo las propiedades de esa flor, del mismo modo que ustedes son sensibles a las radiaciones del agua a través de su rama, péndulo o cualquier otro instrumento que ustedes usen. Alguno de ustedes, yo sé, no necesitan ninguna rama, usan solamente sus manos.
Antes de encontrar una flor particular, iba a sufrir en sí mismo, y de modo muy agudo, el estado negativo de la mente para el cual dicha flor era necesaria y, al mismo tiempo, él era privilegiado, como decía, en sufrir de algunas dolencias físicas. Entonces él vagaba por los campos y calles hasta que encontraba, o era llevado a encontrar, la flor que inmediatamente restauraría la serenidad y la paz de la mente, y en pocas horas también curaría la dolencia física.
De este modo él encontró las 38 flores para cubrir los 38 estados negativos de la mente por los cuales la humanidad puede sufrir. Esas flores, con 3 excepciones, son todas ellas simples flores salvajes del campo. Preparó solamente las flores que crecen por encima del suelo en la luz del sol y el aire y contienen en sus corazones la semilla embrión, la continuación de la vida de la planta. Ustedes conocen, por supuesto, muchos de ellos – gorse, heather, honeysuckle, wild rose, chicory, agrimony – y las flores de nuestros bien conocidos árboles –oak, beech, willow, larch.
Antes de describir algunos de esos remedios y su uso, me gustaría decirles a ustedes como el Dr Bach los preparaba y como se preparan todavía.
Las flores que florecen en verano cuando el sol está en su mayor fuerza se preparan por el método solar. Un pequeño recipiente de vidrio plano se coloca en el suelo, en el campo donde las plantas crecen y se llena con agua fresca y fría, y si hay una corriente clara cerca del lugar es mejor aún. A continuación, las flores, muchas de las mismas plantas como sea posible, se recogen justo por debajo del cáliz y rápidamente se dejan flotar en el agua hasta que toda la superficie está completamente cubierta. Entonces, la naturaleza se hace cargo. El cuenco y las flores se dejan en plena luz del sol durante tres horas. Al final de este tiempo, el agua es brillante, llena de pequeñas burbujas, vibrante. La llamamos «agua viva», lo cual es, pues el sol ha repartido la fuerza vital en ella, la fuerza vital de las flores, en el agua. Las flores se sacan suavemente del agua con un tallo de la misma planta, el agua es embotellada y conservada. Esta es la primera preparación, la esencia.
Las flores que florecen a principios de año antes de que el sol alcance su máxima potencia, se preparan por el método de ebullición. Se trata principalmente de las flores de los árboles. Las flores se recogen con un pequeño trozo del tallo y las hojas jóvenes y se colocan en una cacerola estéril hasta que se cubren aproximadamente tres cuartos de su capacidad. La olla se lleva rápidamente a la casa, las flores cubiertas de agua fría, se colocan en la estufa y se hierven durante media hora. Luego las flores se sacan con una rama del mismo árbol, el agua se filtra, ya que puede haber algún sedimento, y se embotella y conserva en la misma forma que las flores de verano.
EL Dr Bach, colocó los 38 remedios en 7 grupos. Las del miedo, las de la incertidumbre e indecisión, las de la soledad, las de insuficiente interés por las circunstancias presentes, las de excesiva sensibilidad a ideas e influencias y las de un excesivo cuidado por el bienestar de los demás.
En el pequeño folleto, “Los doce sanadores y otros remedios” describe de forma simple el estado negativo de la mente de cada uno de estos remedios.
Vamos a tomar uno o dos remedios de algunos de estos grupos y describir sus usos, pero antes que todo me gustaría insistir una vez más que es el paciente, la persona, la que es tratada, no su condición física.
Primero un remedio del grupo “Insuficiente interés en las circunstancias presentes”. El remedio es White Chesnut, la flor del árbol de White Chesnut. Es para aquellas personas que sufren de pensamientos persistentes de preocupación, argumentos mentales, conversaciones mentales que son muy difíciles de parar y los dejan muy cansados e imposibilitados de concentrarse en el trabajo y otros intereses. El Dr Bach llamaba a este remedio, el “remedio del disco del tocadiscos” (disco rayado), por esos pensamientos que giran y giran en la mente como la aguja en el disco del tocadiscos.
Un paciente había estado pasando por un momento de gran tensión y desacuerdo con sus familiares en relación a un determinado asunto. Decía que todo el día y gran parte de la noche su pensamiento estaba lleno de todas las cosas que les había estado diciendo a ellos, argumentado con ellos, tratando de persuadirlos, preguntándose cómo resolver el problema. Estaba exhausto por falta de sueño, había perdido su apetito y algo de peso y no se podía concentrar en su trabajo, que era importante y de responsabilidad. Se le dio White Chesnut, y para su sorpresa y deleite respondió rápidamente. Cuando regresó de nuevo dijo que ahora era capaz de controlar sus pensamientos y mirar calmamente el problema. Su sueño y apetito habían mejorado mucho, pero lo que más le satisfacía es que ahora podía concentrarse en su trabajo y disfrutar sus fines de semana de golf. Era como si la aguja hubiera sido levantada del tocadiscos.
Ahora un remedio del grupo de la soledad. Heather, el brezo del whisky, ling (creo que es otra forma de decir brezo). EL Dr Bach llamaba a este remedio “el remedio que agujerea el botón”, lo cual es una excelente descripción para la gente que sufre de esta manera. Son grandes conversadores, les gusta acercarse a usted, hablar en su cara. También les gusta tocarle, empujarle, agarrar sus brazos para mantener su atención. No hablan más que de sí mismos, de sus alimentos ahora y en el pasado, y le explican sus síntomas con gran detalle. No les gusta estar solos y se sienten infelices y empobrecidos cuando lo están, pues viven de la vitalidad de los demás, minan su fuerza y los dejan exhaustos. Por esta razón las demás personas tienden a evitarlos. Son del tipo vampiro.
Un hombre en nuestro pueblo era un “agujereador de botones”. Era un hombre de mediana edad con una salud razonablemente buena. Si él lo veía a usted viniendo por el camino, dejaba pronto su bicicleta a cubierto y se instalaba para una buena larga charla. Le dirá de su catarro, sus venas varicosas, su indigestión y si usted trata de irse, lo agarra por el brazo y dice: “Pero yo quería decirle esto….” Eventualmente podría preguntarle por un tratamiento: tiene una erupción en sus manos. Recibió Heather, por supuesto, pero toma un tiempo para funcionar. Sin embargo, al final él cambió, su erupción fue desapareciendo, pero lo más importante de todo, él empezó a interesarse por las demás personas, a escucharlas en lugar de hablar de él mismo. Convirtió su gran jardín en un jardín de mercado y era muy feliz cavando en él y cuidando sus plantas y le quedaba poco tiempo para hablar. Empezó a gustarle a la gente.
Otro remedio del mismo grupo de la Soledad: Impatiens, un bálsamo con una flor malva, una planta de agua creciendo en los arroyos y en la tierra húmeda.
La gente que necesita este remedio es muy activa tanto en la mente como en la acción. Hablan rápido, caminan rápido, todo lo hace rápido, sin indecisión. Conocen sus mentes, son muy inteligentes y capaces. Prefieren trabajar solos en el caso de aquellos que los acompañan sean más lentos que ellos y que los atrasan u obstaculizan. Tienen tendencia a ser muy irritables e impacientes con aquellos que son más lentos. Si usted no pasa algo con suficiente rapidez, puede arrebatársela de su mano, y si usted habla demasiado despacio, terminarán su frase por usted si usted no lo logra antes.
Tenemos un amigo que es deliberadamente lento al hablar y me temo que yo acostumbraba a terminar sus frases, hasta que un día ella dijo: “No, yo no iba a decir eso”. Eso me enseñó una lección y me mostró que yo no era tan intuitiva.
Este hombre es un buen ejemplo del tipo Impatiens. Era muy rápido en todas sus reacciones, extremadamente eficiente y capaz y muy impaciente. Cerraba su puerta cuando estaba ocupado en su trabajo de investigación, así nadie podía molestarle; tenía que estar solo para trabajar y en su espacio. El también dio una conferencia a los estudiantes, he olvidado el tema, pero nos dijo que no soportaba a los tontos y cuando los estudiantes tontos le preguntaron sobre algo que acababa de explicar, se ponía muy irritado y perdía los estribos. Cuando perdió los estribos una erupción muy irritante estalló en su espalda. ¿Podrían los remedios ayudarlo a ser más paciente? preguntó él.
Impatiens le trajo esta ayuda y para su propio asombro dijo que había perdido los estribos sólo una vez y se estaba volviendo más tolerante y comprensivo con esos necios jóvenes. No tuvo más erupciones. Pidió continuar con el remedio para consolidar la mejoría.
Ustedes pueden ver con estos dos pacientes que, aunque ambos sufrían algún tipo de erupción en la piel, cada uno necesitó un remedio diferente, de acuerdo a sus diferentes personalidades. También, que uno estaba asustado por la soledad y el otro la prefería. Uno estaba aprendiendo a olvidarse de sí mismo, una gran cualidad, y, el otro, paciencia y tolerancia.
Este es un remedio del grupo “incertidumbre e indecisión”. Scleranthus, que es una planta muy pequeña, con una pequeña flor verdosa-blanca que crece en los campos de trigo. Es para aquellas personas que no pueden decidirse entre dos cosas. “El remedio veleta”, como lo llamaba el doctor Bach. Ellos piensan: “voy a hacer esto o voy a hacer eso”, “voy hoy o voy mañana”, tomo este trabajo o no lo tomo”. No piden la opinión de otras personas y sufren en gran medida a través de esta indecisión y pierden mucho tiempo tratando de compensar en sus mentes que pueden perder una buena oportunidad a causa de su indecisión.
Esta paciente dijo que toda su vida había sufrido de indecisión. Ella nunca podía compensar (creo que es como equilibrar) su mente y en consecuencia sufría de indigestión. Nos comentó de un caso que había ocurrido esa mañana. Pasando enfrente a una tienda, vio un vestido en el aparador. “Me gustaría este” pensó, luego “No, no lo necesito” y siguió caminando. Luego ella regresó. “Es un vestido tan lindo…..no, no me lo puedo permitir” y se fue de nuevo. Hizo eso dos o tres veces, una incluso poniendo la mano en la puerta de la tienda. Finalmente lo compró, pero todo el camino de regreso todavía sentía que no debería haberlo hecho, pero era un vestido tan lindo. Y después del almuerzo tuvo una indigestión. Dijo que ella desaprovechó toda la mañana tratando de equilibrar su mente. Scleranthus era su remedio y gradualmente se dio cuenta de que podía tomar las decisiones mucho más rápidamente. Ahora es una mujer de 87 años con determinación y decisión.
Bajo el título de miedo, hay 5 remedios para los 5 diferentes tipos de miedo. Los describiré brevemente.
Rock Rose, la pequeña y delicada flor amarilla que crece en la cima de las colinas desnudas, es el remedio para el miedo extremo, terror, pánico y esas horribles pesadillas que experimentan niños y adultos.
El segundo miedo es el miedo de causa conocida. Miedo de la gente, de los animales, de la oscuridad, del dolor, de los accidentes, miedo de ir al dentista o al doctor, nerviosismo, timidez, miedo a hablar en público. El remedio para esto es Mimulus, la flor del Mono (Monkey flower en el original), otra planta de agua con bellas flores doradas.
El siguiente miedo es el de causa desconocida. Este remedio es el inflorescencia del árbol de Aspen. Este es el miedo más doloroso, porque no tiene explicación o razón. El miedo a la carne de gallina, miedo a la mirada sobre su hombro.
Luego está el miedo desesperado, el miedo a perder el control de las propias emociones, de ceder la mente, de la locura y el impulso de hacer daño a otras personas o a sí mismo, a las tendencias suicidas. El remedio para ello es la blanca flor del arbusto de seto Cherry Plum.
EL último miedo es el miedo por las demás personas, y el remedio es la flor del árbol de Castaño Rojo. Es el miedo o ansiedad, por ejemplo, de la madre cuando su chiquito llega tarde de la escuela; piensa que pueda haber tenido un accidente y estar gravemente herido. O la ansiedad y miedo que sentimos por un pariente o amigo que está viviendo una grave operación.
La gente que sufre de miedo es realmente valiente, porque hacen frente a las cosas de la mejor manera que pueden y se esfuerzan a pesar de sus dificultades, y esto muestra un gran coraje. Siempre se lo digo.
Debajo de todos los estados de ánimo negativos, se encuentran las grandes cualidades positivas que hemos venido a fortalecer y desarrollar.
Pensando de nuevo en las palabras del Dr. Bach que la enfermedad física no es de origen material sino la consolidación de una actitud mental, me recuerda un notable ejemplo de ello en la Primera Guerra Mundial. Puede haber, sin duda, muchos otros casos similares. Este hombre fue mandado al hospital, desde su campamento de entrenamiento, porque no podía sostener un rifle. Su brazo derecho estaba flexionado por el codo y los dedos apretados. Era una contracción muscular y bajo anestesia general, el brazo se relajó y los dedos se soltaron, pero cuando regresó al campo, su brazo volvió a la antigua forma. Se descubrió que odiaba, detestaba a su sargento, que era un matón al que anhelaba derribar. Por supuesto, no podía hacer eso, pero el deseo de hacerlo y el odio en su mente era tan fuerte que su brazo tomó “el lugar de combate” por así decirlo. Si los remedios de Bach hubieran sido encontrados en ese momento, yo sé que Holly, el remedio para el odio, lo hubiera ayudado grandemente.
La prescripción de estos remedios es, como pueden ver, bastante simple. Todo lo que se necesita es conocimiento de la naturaleza humana y entendimiento de las dificultades de las personas, así como capacidad de escucha.
Deje al paciente hablar, porque cuando hablan revelan mucho sobre ellos mismos. No importa de qué hablen, le dirán probablemente todos sus síntomas físicos, pero como cada uno de nosotros somos únicos, reaccionamos diferente a la misma cosa, a la misma enfermedad. Tome dos o tres personas con rigidez en la rodilla. Uno dirá ‘Me siento tan molesto con mi rodilla, me impide hacer lo que quiero” .Otro dirá, yo estoy tan paralizado por el dolor y también tan nervioso de salir, mi rodilla me decepciona. Otro: me siento desvalido, me han dicho que tengo que aprender a vivir con ello. Eso es una cosa chocante de decirle a una persona enferma. Uno nunca debe dejar la esperanza.
Después hágales algunas preguntas ¿usted se preocupa por las cosas pequeñas como por las grandes? ¿Estaba nervioso de venir a verme? Después cuando ellos sepan que eres un amigo y que quieres ayudarles, abrirán sus corazones hacia ti. No es una violación de su privacidad mental, por lo que muchos dicen: «Nunca había hablado de esto a nadie, pero que desahogo es, es como descargar mi mente y se relajan, mental y físicamente». Consideramos esto el inicio de la sanación.
Para aquellos de ustedes que quieren saber cómo un estado mental puede influir en el cuerpo, es así: el sistema nervioso involuntario (el sistema autónomo) las glándulas de secreción interna (las glándulas endocrinas), son extremadamente sensitivas a los pensamientos que van a través de la mente. Si sus funciones normales se alteran, entonces el fino balance químico en el cuerpo es interferido, y las funciones normales del cuerpo, también, se interfieren. Después, la resistencia natural del cuerpo a las enfermedades disminuye, el “suelo” del cuerpo está en un estado empobrecido y la puerta está abierta para la entrada de cualquier enfermedad o infección. Gérmenes, bacterias, virus, pueden vivir en un “suelo” pobre, no pueden sobrevivir en uno bueno, sano y dulce.
Tomemos el miedo, por el momento. Todos sabemos cómo libera adrenalina en el torrente sanguíneo, como el corazón late rápidamente, la respiración es superficial, la boca seca, se sienten mariposas en la barriga , las manos tiemblan y las rodillas se sienten débiles. En miedo extremo, la gente queda paralizada, rígida. Pero cuando el miedo se ha ido completamente, todo vuelve a la normalidad.
Ahora si ustedes tienen unos minutos de sobra me gustaría hablarles de Bach primeros auxilios o remedio de emergencia. Es una combinación de cinco de los remedios.
Star of Bethlehem, para el shock. El shock de una mala noticia, después de un accidente, una quemadura o un corte, un esguince o una caída, incluso para los pequeños accidentes, siempre hay un cierto grado de shock.
Rock Rose, para gran miedo o pánico.
Impatiens, para la tensión mental o física cuando la víctima no se puede relajar.
Cherry PLum, para la pérdida del control emocional cuando la víctima grita, o se pone histérico.
Clematis, el remedio para la desconcentración, la sensación de lejanía que precede a un desmayo.
En accidentes severos, por supuesto, éste no debe tomar el lugar del médico, al que debe ser enviado inmediatamente. Pero después de haber colocado al paciente tan confortable y caliente como sea posible, el remedio ayuda mucho en tranquilizar y serenar a la víctima.
EL Dr. Bach usó primero el Rescue Remedy, como él lo llamaba, en los inicios de los 30’s cuando un pequeño barco naufragó en la Costa de Cromer en un gran vendaval. Los dos hombres a bordo, tuvieron que amarrarse ellos mismos al mástil puesto que el bote salvavidas se había usado para otro barco en peligro. Tuvieron que quedarse allí por algunas horas, y cuando finalmente el bote salvavidas los llevó a tierra, el hombre más joven estaba inconsciente, azul en la cara, rígido con sal marina. Mientras lo llevaban a la playa, el Dr Bach humedecía sus labios, detrás de las orejas y sus muñecas con el remedio y mientras lo cargaban a una casa cercana, retomó la consciencia, se esforzó para sentarse y pidió un cigarrillo.
Otro hombre y su amigo escalaron una montaña en Escocia donde fueron superados por el frio, el clima había empeorado y sólo podían aferrarse a la roca de enfrente. Entonces uno de ellos recordó que tenía una botella de Rescue Remedy en su bolsillo. Con gran dificultad lo sacó y tomo un sorbo de la botella y la pasó a su amigo. Después de 10 minutos, se había recuperado y dijo que terminaron la escalada en un tiempo record. Él dijo también que no hubieran sobrevivido sin el Rescue Remedy.
Luego un paciente nos dijo que había cerrado la puerta del carro en sus dedos. Si a usted le ha pasado esto alguna vez, sabe cómo es de doloroso. Afortunadamente siempre cargaba una botella de Rescue Remedy en su bolsa, tomo un buen sorbo de la botella, cuando se sintió débil y roció un poco sobre sus dedos. Dijo que casi inmediatamente se sintió mejor y el dolor disminuyo. Corrió al interior y puso su mano en un bol de agua con algunas gotas de Rescue Remedy en ella y volvió a tomar otra dosis interna. En 15 minutos el dolor había desaparecido y, a parte de algunas marcas rojizas en los dedos, todo estaba bien. La mañana siguiente no había señal de herida y sus uñas estaban intactas: había temido perderlas.
Y ahora, al final de esta conversación me gustaría decirles que los remedios flores de Bach, aumentan nuestra vibración y nos ayudan, a través de nuestro propio esfuerzo a convertirnos en personas felices, sanas e integras.
NORA WEEKS.
Fuente: Este artículo ha sido amablemente cedido por el Dr. Eduardo Grecco para ser difundido por esta vía.