El foco de atención del trabajo del terapeuta se encuentra en la manera de estar y en las actitudes y valores que vivencia y trata de potenciar en la relación con el paciente. Las actitudes que promueve el terapeuta en dicha relación son:
A) ACENTUAR LO CREATIVO: Desarrollar la capacidad de observar, de ver al otro sin prejuicios. No hay intención de búsqueda de algo concreto y prejuiciado en el mirar y escuchar, y solo entonces lo que surge es relevante y genuino.
B) PROMOVER LA COMICIDAD: El humor y la comicidad facilitan en trabajo porque ofrecen permisos y una atmósfera de juego (confianza, seguridad, tranquilidad, disfrute, etc.).Por un lado suaviza y relativiza la realidad y por otro muestra el desmesurado gasto de energía que empleamos para mantener un carácter y unas máscaras que nos impiden un contacto pleno, un encuentro íntimo y verdadera satisfacción personal. (sienta muy bien reírse de uno mismo de vez en cuando, así desvaloramos a nuestros jueces internos que son los que nos responsabilizan y culpabilizan por acciones que juzgan como erróneas cuando, probablemente no lo son).
C) ACENTUAR LO OBVIO: Para alejarse de las reflexiones e interpretaciones, como mucho, ver qué me pasa a mí ante ellas Aquí y Ahora, ver para qué las utiliza el cliente, cómo aprendió eso y cómo puede hacer nuevos aprendizajes. Promover la experiencia completa en el presente (sensación, toma de conciencia, Energetización, contacto, satisfacción y reposo) en los niveles mental, corporal y emocional.
D) DESARROLLAR LA TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN: Con la frustración nos adentramos o adentramos al otro en espacios, vivencias y formas que no son las habituales, lo que genera incomodidad y conflicto. No es posible no herir o que no haya fricción en terapia por cuanto para que haya progreso algo de la estructura del paciente ha de ceder, sin embargo, hay que tener en cuenta que no es posible una fricción útil sino está amparada y moderada por un sentimiento amoroso.
E) EVOCAR ACTITUD COMPASIVA Y RESPETUOSA HACIA EL CLIENTE Y HACIA LA HUMANIDAD: Los principales recursos del terapeuta son su humanidad (aceptación incondicional de sí mismo y del otro) y su capacidad compasiva (desarrollo de una actitud que desea honestamente lo mejor para sí mismo y para el otro.
F) ELEVAR EL NIVEL DE CONSCIENCIA DEL PACIENTE: hacer que (se) vea con más claridad: qué siente, qué piensa, qué quiere/no quiere, qué le preocupa exactamente, hacia dónde quiere ir, etc. A veces, la persona que acude a terapia sólo ve una especie de nebulosa de lo que le ocurre y la primera tarea es perfilar con mayor detalle qué le está ocurriendo realmente.
G) AYUDARLE A CAMBIAR CREENCIAS Y PENSAMIENTOS LIMITADORES: hacia sí mismo (autoconcepto, creencias acerca de lo que es capaz o no de hacer, etc.) y hacia el mundo exterior (cómo ve a los demás y al mundo en general) que le obstaculizan el logro de sus propósitos o/y le provocan síntomas molestos, por otros más capacitadotes. Todos tenemos una representación acerca de la realidad, elaborada a partir de nuestras vivencias subjetivas. Pero, esta representación, cuya construcción está determinada por factores genéticos y por la historia personal de cada uno, no se puede confundir o tomar por la realidad misma.
H) MEJORAR SUS HABILIDADES SOCIALES: para que sea capaz de comunicarse con más eficacia (para pedir lo que necesita, expresar sus sentimientos, saber decir “no” cuando es preciso, etc.)
I) CREAR “EXPERIENCIAS EMOCIONALES CORRECTIVAS”: que le ayuden a reelaborar y asimilar, en circunstancias más favorables (las del presente y como adultos), situaciones emocionales que no pudo manejar en el pasado y/o que le ayuden a modificar el modo de percibir la realidad
Fuente: Facebook del Centro Eleusis. https://www.facebook.com/pages/CENTRO-ELEUSIS/207218075984937 (19/09/14)